sábado, 24 de septiembre de 2011

El héroe que se traiciono a si mismo (Segunda parte)

Debido a una perdida involuntaria que contenía este y otro par de post, tuve que arrancar nuevamente desde cero y me tomo algo de tiempo reconstruir lo que tenía preparado, pero finalmente acá esta la segunda parte.




El héroe que se traiciono a si mismo (Segunda parte)


A pesar de librarse de la terrible quimera, el rey Lóbates queda bastante decepcionado al ver que Belerofonte no ha muerto en su misión y por lo tanto decide enviarlo a un nuevo reto.

Existe un pueblo de guerreros enemigos muy poderoso, conocido como los Sólinos, Lóbates pide a Belerofonte que les haga frente y los derrote para frenar su avance en Licia.



El reino de Licia estaba ubicado en la parte sur - occidental del actual país de Turquía. Pisidia, la región en donde vivían los Sólinos, era la región fronteriza al norte de Licia (Lycia en ingles).


Los Sólinos fueron descritos por Homero, en la Iliada, como un pueblo de guerreros muy conocido, respetado y temido por sus grandes habilidades en combate. Como se esperaba, la pelea con los Sólinos fue muy difícil para Belerofonte, inclusive esta fue la mas difícil de todas sus misiones, pero finalmente pudo someterlos y frenar su avance en Licia.

Una vez mas el rey Lóbates trata de cumplir el deseo de su yerno, el rey Preto, y envía a Belerofonte a luchar con las Amazonas, quienes también asediaban Licia por el norte.




Su reputación como hermosas guerreras era muy notable, un pueblo conformado solamente por mujeres, las Amazonas vivían originalmente en Escitia, la parte mas sur occidental de la actual Rusia, justo al este del mar de Azov. Sin embargo se habían expandido en varios frentes, y el grupo que asediaba Licia estaba ubicado en Ponto, en la parte nor-occidental de Turquía. Habían ya logrado una alianza con los Sólinos y bajo la astuta dirección de la reina Hipólita, seguían expandiendo sus dominios hacia el sur.

Una vez mas Belerofonte enfrenta a este nuevo enemigo y logra someterlas arrojando enormes piedras con la ayuda de Pegaso, frenando también así su avance hacia Licia y logrando otra victoria mas.

Lóbates viendo que ninguno de sus planes anteriores había resultado, envia a Belerofonte a luchar contra el pirara Carius, pero esta vez llama a sus mejores hombres y los envía a emboscarlo en su camino, sin embargo nuestro héroe sale intacto de este plan, y elimina a todos sus agresores. 


Es así como descubre los planes de Lóbates y decide regresar al palacio a enfrentarlo, el rey envia todos los guardias disponibles a matarlo, pero por su lado Beleronfonte pide ayuda al dios Poseidon, quien inunda toda la planicie junto con el palacio mientras el se aproxima, y es solamente el hecho de ver a las mujeres corriendo por sus vidas al otro extremo del edificio lo que hace que Belerofonte le pida a Poseidon que detenga su furia y termine el ataque, evitando que todos los demás se ahoguen en la incursión.

Ya en este punto el rey Lóbates esta mas que convencido que los dioses protegen a Belerofonte, y por lo tanto debe ser inocente de lo que se le acusa. Así que luego de pedirle disculpas, le muestra la carta del rey Preto acusándolo injustamente y le da a Filonoe, la hermana menor de Antea como esposa, con quien tiene 3 hijos, Laodamía, Isandro e Hipóloco; ademas entrega su reino al héroe, como nuevo heredero legítimo de Licia.

Y como un cuento de hadas, así termina la historia de Belerofonte, con el tan esperado final feliz, o así al menos debería ser después de superar tantos obstáculos y de tener todo lo que él deseaba, pero lo que paso a continuación fue muy diferente.

En el corazón de Belerofonte comienza a crecer un gran rencor por la mentira de Antea, la esposa del rey Preto, así que decide vengarse. Viaja a Tirinto y contacta a Antea secretamente para convencerla que la ama profundamente, una vez lograda esta parte, le propone fugarse con él, y ya afuera del palacio cabalgando sobre Pegaso a gran altura sobre la costa, la arroja y ella muere sobre las rocas a lado del mar.

Es en este punto donde la fama de Beleronfonte ha crecido a un ritmo desmedido de la mano de su arrogancia, y el decide que sus logros han sido ya tantos que es invencible, así que piensa que merece vivir en el monte Olimpo y ser tratado como un dios más.




Monta a Pegaso y comienza su ascenso hacia el monte Olimpo, pero su rencor y su arrogancia ya le habían hecho perder el favor de los dioses, y este ultimo atrevimiento despertó directamente la furia del dios Zeus, quien viendo a Belerofonte como alguien insignificante, envía de la misma manera un insignificante mosquito, el cual pica a Pegaso en su ascenso, haciéndole perder el control y causando la caída de Belerofonte hacia la tierra. Este no muere a causa de la caída, gracias a una última ayuda de la diosa Atena, pero a cambio quedo cojo y ciego, además de estar condenado por Zeus al rechazo de los hombres.


Infortunadamente la maldición de los dioses hacia Belerofonte genero la desgracia sobre sus hijos también. Laodamía es engañada por Zeus, y tiene un hijo llamado Sarpedon, luego muere a causa de una fulminante flecha que le envía la diosa Artemisa; Isandros por su parte, muere combatiendo a los Sólinos a manos del dios Ares. El único descendiente que quedo fue Hipóloco, cuyo hijo, Glauco, fue a combatir después a la guerra de Troya.


Así realmente finaliza la historia de Belerofonte, un héroe al que solo lo pudo detener su propia arrogancia y ambición.

La gran lección de esta historia es precisamente esto, como después de tener tantas cosas deseadas y de haber luchado tanto por ellas, él no valora lo que se tiene y cae ante una ilusión, un espejismo inalcanzable por causa de su ambición. Es entonces cuando pasa muchas veces por encima de las personas que ama, dañando la vida perfecta que ya tenia y sus propios logros, para tirar todo de momento por un arranque de egoísmo sin sentido. 


Ahora estoy seguro que Belerofonte lamento su arrogancia después estar físicamente impedido y de ser repudiado por todos, pero existen decisiones para las que ya se esta muy tarde y de nada sirve arrepentirse.

Entonces seamos conscientes de quienes somos, de donde venimos, de que es lo que tenemos, y valoremos a los demás, a la vida misma y las cosas que tenemos; dejemos a un lado la vanidad y la arrogancia desmedidas, porque una vez que perdamos lo que no vemos y no valoramos ahora, ya será demasiado tarde para llorar y recuperar lo que desperdiciamos y menospreciamos en un pasado.

Como hemos visto fueron muchos los hechos, batallas y leyendas griegas que ocurrieron en el actual país de Turquía,  muchos los templos y ciudades construidos en honor a los dioses del Olimpo y aun hoy en día existen muchas ruinas y lugares fantásticos para visitara allí, pero que son poco conocidos en occidente, pero esa, esa es otra historia...



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